Nuestros sentidos son el acceso más rápido a nuestro ser. Lo que vemos, olemos, tocamos y escuchamos llega de manera inmediata y esquiva nuestro pensamiento racional, que a veces puede bloquearnos. El sentido del olfato sigue una ruta directa hacia el sistema límbico, que incluye la amígdala, encargada de las emociones y la memoria asociativa. Y el hipocampo, que está involucrado en la memoria a largo plazo, incluyendo la memoria episódica. Las señales olfativas llegan muy rápidamente al sistema límbico.
Un gran ejemplo de esto, que se remonta al siglo XIX, es Hervey de Saint-Denys, quien ha comenzado a ser conocido por sus estudios introspectivos sobre los sueños. D'Hervey también fue uno de los primeros onirólogos (especialistas en el estudio de los sueños) y hoy en día se le considera como "El Padre" del sueño lúcido moderno. En 1867, se publicó de forma anónima un libro titulado Les rêves et les moyens de les diriger; observations pratiques (Traducción: Los sueños y los medios para dirigirlos: Observaciones prácticas). D'Hervey empezó a registrar sus sueños a diario desde los 13 años.
Léon d'Hervey de Saint-Denys quería comprobar si podía dirigir recuerdos específicos en sus sueños a través de aromas. Para poner a prueba esta hipótesis, este parisino del siglo XIX compraba un perfume diferente cada vez que viajaba. Empapaba un pañuelo con el perfume, y cada día, en un lugar determinado, olía el pañuelo.
Al regresar a casa, esperaba unos meses y luego pedía a un sirviente que rociara unas gotas del perfume sobre su almohada. Como resultado, soñaba con el lugar en el que había estado cuando olió ese perfume. Llevando el experimento un paso más allá, comenzó a pedir al sirviente que pusiera gotas de dos perfumes diferentes en la almohada.
Increíblemente, describió cómo en sus sueños combinaba elementos de ambos viajes. Con este experimento informal, Saint-Denys reportó que podía "diseñar" sus sueños. Los aromas que había asociado con ciertos recuerdos durante el día se reactivaban mediante la misma señal olfativa mientras dormía.
Iniciamos un experimento grupal con los clientes de Clothilde la noche que pasamos juntos en su jardín. Comenzamos creando este vínculo de bienestar con ese momento, utilizando nuestro Perfume Sólido Verde. Quizás algunos ya habían creado este vínculo previamente con nuestro Balancing Face Oil, pero queríamos, de manera consciente, crear una conexión profunda entre este momento de autocuidado y el aroma de nuestro Verde. Mis recomendaciones fueron llevar la fragancia durante sus vacaciones, usarla como parte de su rutina al atardecer, para anclarla en la magia de ese lugar. Y más adelante, poder evocarla de manera consciente cuando lo necesiten: si están estresados, tensos o les cuesta relajarse. O bien, si desean viajar y soñar, pueden abrir la puerta y ayudar a su subconsciente a regresar a su "lugar feliz" personal.
Como nota importante: cuanto más profundamente duermas, mejor se verá y sentirá tu piel.
